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17 abr 2014

La música criolla: Situación actual y razones de su declive

Eric Sebastian Meza Chávez
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Resumen
El presente trabajo trata de analizar las posibles causas del declive de la música criolla, así como de su devenir en la sociedad peruana y su situación actual. Se propone como causas, primero al cambio generacional, el cual hace que los gustos cambien de generación en generación; segundo, al fenómeno migratorio, el cual introduce nuevas expresiones musicales, como el huayno o la chicha, géneros que desplazaron en popularidad a la música criolla debido a la no identificación de los migrantes andinos con ésta; y tercero, proponemos a la introducción de géneros musicales extranjeros, los cuales influyeron en las juventudes desde la década del sesenta en adelante.


INTRODUCCIÓN
          “La música criolla ha muerto: y nadie se ha dado cuenta[1]”, titula así una publicación en internet defendiendo una postura que podría ser considerada como extremista o radical. Aquí el autor plantea principalmente que este género musical ha ido perdiendo notoriedad durante los últimos años y que ya ha sido sepultada. Sin embargo, aunque suene difícil de creer, otros especialistas piensan, en algún sentido, de la misma manera, esto según un artículo en internet del diario Publimetro, personalidades como Eloy Jáuregui, Rafael Morales, Lucho Quequezana y Rafael Santa Cruz.
          Pero, ¿cómo pudo este autor llegar a tal conclusión? Hoy en día, la música criolla se encuentra en grave crisis, pero no ha desaparecido del todo ni pensamos que lo haga en mucho tiempo. Las razones; a pesar del avance y establecimiento de nuevos géneros musicales extranjeros alienantes sumado con las distintas expresiones musicales peruanas se han mantenido por un motor de querer salvaguardar lo nuestro y que son parte de nuestras costumbres y tradiciones.
          Hay que recordar cómo surgió la música criolla. Varios autores sitúan su gestación en la segunda mitad del siglo XIX, con géneros como la marinera, el valse y la polka; según Ponce de León (2012:08) los ritmos afroperuanos se unirían después ya bien entrado el siglo XX, aunque es necesario mencionar que hay evidencia de la influencia de estos ritmos desde mucho antes, como lo señala Degregori (2004:64); el cajón, siendo un producto cultural afroperuano, intervenía en la interpretación de géneros como la marinera, el tondero y el valse en las primeras décadas del siglo XX.  
          En todo este proceso de formación de la música criolla, se puede estudiar dos épocas distintas; la primera, llamada “Guardia Vieja”[2] según Romero (2007:257), que va desde fines del siglo XIX hasta mediados de los años veinte, esta etapa se caracteriza por el auge de la música criolla, se hacen populares las jaranas y aún no existía un mercado de discos ni  radiodifusión, esta música se transmite a viva voz directamente con el público. Es necesario recalcar también que, según Ruiz Zevallos (2000:979), los músicos de esa época eran muy humildes, algunos eran artesanos u obreros y no solían obtener algún beneficio económico por interpretar y expresar su arte musical. El mismo autor acuña también otro término, el del período “industrial” de la música criolla por la difusión del fonógrafo, el cual hizo que la producción y difusión musical se diera a través de los discos, aunque todo esto fue un lento proceso, es conocido el hecho de que los compositores Montes y Manrique grabaron varios discos en los Estados Unidos para la compañía Columbia Phonograph. Le sigue el periodo crítico[3], en el cual Lima se ve influenciada por distintos cambios sociales y económicos, se da también la llegada de nuevos géneros musicales extranjeros, los cuales harían peligrar la popularidad del valse peruano; géneros como el jazz, el foxtrot, el tango o las rancheras mexicanas. Sin embargo, al mismo tiempo, se popularizan aún más los discos y la radiodifusión, la cual abre nuevos caminos para los intérpretes criollos de difundir masivamente su música. En escena aparece Felipe Pinglo Alva, considerado el más importante compositor criollo de todos los tiempos. Con la muerte de Pinglo, algunos autores, como Rodríguez Ronceros (pp. 15), suelen nombrar a la siguiente etapa como “Guardia Nueva”.
          Todo suele adaptarse, esto se demuestra porque a partir de la década de 1950 el vals incorpora jergas y expresiones populares limeñas, también se adapta ante los avances de la radiodifusión, como lo menciona Degregori (2004:64).
1.      Panorama actual de la música criolla.
          A todo esto, ¿cuáles podrían ser las posibles causas del declive de la música criolla? Actualmente, la difusión de este género se da en varios ámbitos, por ejemplo; por parte del estado, en el canal TV Perú, se transmite el programa Una y mil voces conducido por Bartola Sancho, la muy conocida cantante criolla. Este espacio muestra a los mayores exponentes y a nuevos intérpretes de la música criolla. Pero hoy en día este programa solo se transmite los días sábados y domingos, ya no como el desaparecido programa del mismo canal (cuando antes era Televisión Nacional del Perú) Medio Día Criollo que era transmitido todos los días.
          Por otra parte el Ministerio de Cultura también hace lo suyo en lo que es la difusión de la música criolla como el I Encuentro de Centros Musicales, el cual se dio en homenaje por el Día de la Canción Criolla y donde se entregaron ciertos reconocimientos a los cultores del género, este encuentro se realiza cada año a partir del 2011. Si bien esta iniciativa resulta ser favorable, hay que recordar que es reciente; esta situación se presta a una crítica hacia el Estado peruano el cual crea este importante ministerio recién en el 2010, esto evidencia que la difusión de la cultura, la protección del patrimonio material e inmaterial del Perú y muchos aspectos más de esta índole son, para el Estado, de segunda categoría. Como bien lo dice esta cita de Carlos Santos Becerra de un artículo suyo en internet:
“El uso de redes sociales y otras plataformas ha hecho que la fusión así como los nuevos representantes de la música criolla tomen un poco de protagonismo. Esta tarea se podría ver reforzada si se diera un giro a las actuales políticas con que se pretende ´difundir lo nuestro´”.
          El autor critica también las políticas del Estado para la difusión de la música criolla. Debemos tomar conciencia que este género musical forma parte del patrimonio inmaterial, y por lo cual debe ser protegido también tanto como una complejo arquitectónico o una danza folclórica. Por otra parte, haciendo mención a la primera parte de la cita, es necesario reconocer el papel del internet, el cual a través de las redes sociales como Facebook o Twitter, puede transmitir y difundir más la música criolla, tanto la interpretada y compuesta por reconocidos cantantes como por los nuevos. El uso de las redes sociales por medio de los grupos, sirve también para captar a  más cultores y personas que gusten del género. Hay casos en los que se puede encontrar y, a la vez, difundir temas, de este género, considerados como perdidos o raros, todo gracias a la contribución de aquellos que gustan de la música criolla.
          La radio también cumple un papel determinante en la difusión de la música criolla. Tenemos ejemplos de radiodifusión en emisoras como Radio la Inolvidable, la cual con su programa Arriba Perú, el cual es conducido por la ya mencionada Bartola Sancho y Juan Carlos Benítez, transmite los más conocidos temas de nuestra música criolla. Caso similar es el de la emisora Radio Felicidad con el programa Criollos a las 12, conducido por Eva Ayllón.
          Hay otros espacios públicos de mucho espíritu criollo, como los pequeños teatros circulares en la Alameda Chabuca Granda, donde a parte de escuchar chistes y ocurrencias de los cómicos ambulantes en un pequeño teatro, también se escucha música criolla en el de al lado. Lo que se aprecia es inigualable, varias parejas de adultos-la gran mayoría de la tercera edad-bailando el valse de su época y a un lado una intérprete cantado los clásicos criollos para armar la jarana del día. En estos espacios se observa a adultos y jóvenes que observan y otros que cantan estas canciones. ¿Por qué no se animan a bailar?
          Además de estos espacios tenemos las clásicas peñas y los centros musicales. Según Carlos Santos Becerra, de las primeras aparte de las peñas tradicionales; las cuales conservan las características de los centros musicales solo que ahora son más comerciales, debido a que se presentan mediante la modalidad de restaurante con show criollo; tenemos las peñas modernas, que son como discotecas, las cuales incluyen un show criollo, son lugares más amplios y mucho más comerciales, la gente acude a estas peñas masivamente con el fin de divertirse bailando la música de moda intercalando algunos temas criollos. En cuanto a los centros y asociaciones sociales musicales, son lugares más cerrados y pequeños que las peñas, nacieron como un punto de reunión de amigos los cuales se reunían, valga la redundancia, para expresarse musicalmente.             Actualmente, estos centros musicales se han abierto a un mayor público por necesidad de difusión aunque solo es posible llegar hasta allí por medio de alguna recomendación.
          Como podemos ver, la música criolla, a lo largo de su desarrollo durante el siglo XX, ha pasado por diversas etapas, las primeras de consolidación y las últimas de decadencia. Las migraciones hacia las ciudades, entre ellas Lima, llegaron a éstas trayendo consigo su acervo cultural, entre ellos sus expresiones musicales, pero no deberían considerarse estas formas de expresión como enemigas de la música criolla porque también forman parte de la cultura peruana, además cabe recordar la actitud un poco racista hacia los migrantes por parte de los limeños de esa época, se podría decir entonces que ambas formas culturales convivieron en una cierta armonía, en la que ninguna de las dos expresiones culturales se mezclaba una con otra. Podemos demostrar esta afirmación mediante esta cita encontrada en el libro Historia del Perú en la sección “Mentalidades y vida cotidiana (1850-1950)” de Llórens Amico citada por Augusto Ruiz Zevallos (2000:980):
“Los sectores medios urbanos y la clase media dominante de la sociedad peruana tendieron, al parecer, a buscar su propia versión del criollismo frente a la invasión andina. No podían aceptar que los indios y mestizos ofrecieran su arte y cultura como símbolos populares de la nacionalidad peruana, a la vez que necesitaban alguna raíz propia, algún punto donde apoyarse para legitimar culturalmente su peruanidad.(Llórens, 1983:78).”
          Esta cita resulta ser muy interesante, la primera parte muestra un claro rechazo hacia las expresiones culturales andinas, no querían-los criollos de ésa época-que la música andina alcance el mismo estatus de patrimonio nacional como sí lo era la música criolla en ese entonces.
La difusión actual de la música criolla por parte de varios medios de comunicación e; incluso, del Estado, son síntomas de que se quiere revitalizar a la canción criolla. Pero, ¿qué es lo que podemos observar?, como se ejemplificó líneas arriba, en estos pequeños teatros circulares solo los adultos mayores bailan y disfrutan de la canción criolla. Mas no los jóvenes, esto crea una duda de por qué no llega a este grupo social. Por más que se realizan los esfuerzos de revalorar lo nuestro, géneros musicales peruanos no llegan a la gran masa de jóvenes en el país. El problema puede radicar en la llegada de nuevos géneros musicales provenientes de otras latitudes, géneros que pueden y pudieron alienar a los jóvenes de ahora y de hace cincuenta años, como el jazz, el rock, el pop o el reggaetón.
2.      El problema de la modernidad: el cambio generacional.
          Una pregunta que debemos hacernos sería: ¿cómo se relaciona la modernidad con la música criolla? Veamos esta cita de Marshall Berman (citado por Pedro Cornejo, 2011).
“Todos los hombres y mujeres del mundo comparten hoy una forma de experiencia vital –experiencia del espacio y del tiempo, del ser y de los otros, de las posibilidades y peligros de la vida- a la que se suele denominar con el nombre de modernidad. Ser modernos es encontrarnos en un medio ambiente que nos promete aventura, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros mismos y del mundo y que, al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos, lo que sabemos y lo que somos.”[4]
          Deseo rescatar la última parte de esta cita; nos dice “…amenaza con destruir todo lo que tenemos, lo que sabemos y lo que somos.” Quiere decir que lo moderno suele ser un peligro para lo tradicional, todo va innovando rápidamente y varias cosas que antes se hacían, hoy ya no se hacen, diversas formas de cotidianidad en las personas cambia con el pasar de los años. Esto mismo sucede con la música, los respectivos géneros, las formas de difusión, los medios con los cuales se escucha, los instrumentos usados para su respectiva interpretación y muchos aspectos  más. Con la música criolla sucede algo similar, pero no hay que ver a la modernidad únicamente como un factor clave en el declive de ésta actualmente. En ciertos casos la modernidad ha contribuido a mejorar la difusión de la canción criolla; antes solo se la escuchaba en vivo y en directo, ahora podemos escucharla a través de las radios, o la podemos descargar desde  el internet hacia un reproductor mp3 o IPod, incluso es posible apreciarla desde un televisor. Como podemos notar, en estos aspectos la modernización de los medios de comunicación puede ser un factor positivo en su difusión. Pero también puede ser un factor negativo, como la imposición de nuevos estilos y modas  musicales, muchas veces provenientes del extranjero.  
          Esta otra cita de Rafael Morales, miembro de la banda Novalima, la cual mezcla la música afroperuana con la música electrónica, nos dice “La música popular siempre ha sido generacional. La música de los padres no es necesariamente la misma de los hijos. Pero creo que, además esta música no se renovó mucho.” Lo que el músico nos dice es cierto, la música tiende a ser generacional, lo que nuestros padres escuchaban no necesariamente lo escuchamos nosotros.   En este caso la música criolla se estaría perdiendo desde hace dos generaciones. Con esto quiero decir que son nuestros abuelos quienes disfrutaron mucho más de esta música que nuestros padres o nosotros los jóvenes. En este caso sí muestra un declive de popularidad pero aún se mantiene, aún quiere sobrevivir y lo seguirá haciendo porque la música criolla no es solo un elemento de una o dos generaciones, sino es propiedad de todos los peruanos, es una forma de expresión propia de este país. En cuanto a la segunda parte de la cita, podemos ver que sucede de esa forma, son los mismos conocidos intérpretes de siempre, con las mismas canciones y en los mismos lugares de difusión. Por más que hayan ciertos intentos de hacer conocidos nuevos intérpretes o nuevas agrupaciones  de música criolla, no llega a toda la población, este es el caso del programa ya mencionado Una y mil voces conducido por Bartola Sancho en el canal de televisión TV Perú.  
          El músico Lucho Quequezana y el investigador y músico Rafael Santa Cruz coinciden también con lo dicho por Rafael Morales; “Desde el instante en que comenzó a verse a la música criolla como una vaca sagrada intocable, empezó a morir” y “Hay canciones nuevas, me consta; sin embargo, estas no han tenido difusión. A los cantantes de las peñas les piden el mismo repertorio de toda la vida, pero porque la gente no ha podido conocer las piezas nuevas” respectivamente.
          Cuando Lucho Quequezana califica a la música criolla como “vaca sagrada” nos da a entender que los intérpretes de este género, quienes pertenecen éstos a las últimas etapas de la música criolla, siempre se los ha visto como los únicos que pueden interpretar y componer temas criollos, cosa que no es cierta y; obviamente, esto puede marcar el fin de este género porque no da cabida a nuevos intérpretes. La modernización del género es muy necesaria como podemos ver.   Lo dicho por Rafael Santa Cruz se presta a muchas dudas. Depende de las personas cultoras del género, a las que les guste. Es probable que no estén en conocimiento de las nuevas producciones de la música criolla, pero hay que recordar que muchos peruanos podemos pensar así: “¿Y qué si nunca lo he escuchado? Música criolla es música criolla y de todas formas vale.” Hace falta más indagación al respecto que nos pueda dar más luces sobre esta duda.
Cecilia Barraza aseveró, para el diario Perú 21 ante las preguntas: ¿El criollismo vive una crisis? y ¿Morirá la música criolla?, lo siguiente respectivamente:
“Hay crisis, definitivamente, sobre todo de compositores, nos hemos quedado con Escajadillo, con Juan Mosto, con Polo Campos, con Alicia Maguiña y, después, con Andrés Soto, con Kiri Escobar. El relevo ha sido escaso. Lourdes Carhuas y Marco Romero son nombres actuales, pero ya no salen camadas como las de antes. Es decir, compositores hay, los jóvenes quieren dar su aporte, pero lo que falta es un movimiento, algo que respalde nuestra nueva canción.”
También dice:
“Al paso que vamos, sí. Esa fue una de las causas por las que dejé Radio Felicidad. Me parece bien que una radio quiera pasar los éxitos de siempre, pero terminan convirtiéndose en emisoras de música del recuerdo, de intérpretes que incluso han fallecido. Las radios dicen que le dan a la gente lo que ella quiere escuchar, pero resultan tan repetitivas que aburren.”
          La reconocida cantante criolla ratifica algunos postulados de anteriores citas y nos señala que los actuales intérpretes y compositores criollos, de alguna manera llamados “nuevos” no han sido numerosos, o, en todo caso, no han sido capaces de igualar las composiciones de grandes músicos como Augusto Polo Campos, Oscar Avilés o Arturo Cavero; al respecto quiero enfatizar que nunca nadie realizará el mismo trabajo o la misma obra de la misma forma que otra persona.     En el ámbito musical, las composiciones e interpretaciones deben ser únicas puesto que cada músico le da un toque especial a cada canción, por lo que es necesario valorar también las nuevas contribuciones. Cuando Cecilia Barraza se refiere a un movimiento juvenil hace recordar a los años sesenta y setenta con el movimiento hippie. En este caso, habría que concientizar a los jóvenes, en especial a los músicos, para que reaviven el espíritu criollo de hoy en día. Esto, en mi humilde opinión, poco a poco está sucediendo porque el sentirse peruano y orgulloso de serlo esta aflorando cada vez más en la mente de las personas, y sería muy útil usarlo para difundir hacia la población joven la música criolla y protegerla del declive.
3.      Las migraciones como factor para el declive de la música criolla.
          Como se señaló líneas arriba, durante las primeras décadas del siglo XX se dio el ingreso de géneros musicales extranjeros como el jazz, el tango, el fox-trot entre otros, esto se dio con la difusión del fonógrafo, el cual divulgó estos géneros musicales, como lo señala Ruiz Zevallos (2000:980). Este sería el primer caso de competencia entre la música criolla y la música extranjera. Ruiz Zevallos también nos indica, mediante una cita de Llórens, lo siguiente:
“Los temas de la Guardia Vieja ’tuvieron una fuerte y desigual competencia con la música de moda que venía del extranjero, siendo desplazados durante cierto tiempo de casi todos los ambientes criollos, incluso de los mismos callejones limeños.’(Llórens, 1983)” (Ruiz Zevallos, 2000:979).
           Ruiz también nos indica que los compositores y músicos pertenecientes a la Guardia Vieja se resistían al cambio, mientras que los jóvenes intérpretes criollos combinaban la música foránea con la música peruana (en ese entonces el valse criollo). Estos jóvenes pertenecían a la generación de Pinglo o a la Guardia Nueva, los cuales se adaptaron a las exigencias que el mercado les imponía, se dieron muchos cambios como la especialización de las tareas[5], aparecen los empresarios artísticos, con esto las relaciones contractuales, la radio difunde cada vez más los temas criollos y, también, el género deja de ser exclusividad de las clases populares y es aceptado por las clases medias y altas. Todo esto entre las décadas de los treinta y los cuarenta. Hay que recordar la instauración del Día de la Canción Criolla en 1944.
          Hasta este momento, podemos notar que la música criolla ha logrado, de alguna manera, sobrevivir ante la primera invasión foránea en la escena musical. El gobierno apoya y con las políticas adecuadas instauró el Día de la Canción Criolla, por ejemplo.
          Pero llegó la década de los cincuenta con las primeras oleadas migracionales del campo a la ciudad, la gente proveniente del ande trajo consigo sus expresiones culturales y sus propias tradiciones, siendo éstas muy distintas a las costeñas. Al mismo tiempo, empieza a considerarse a la música criolla como patrimonio cultural limeño (Romero. 2007:260). Sobre esto, Degregori (2004:64) indica:
“La música andina llegó a Lima con el impacto migratorio del siglo XX y desembocó en distintas variantes, que van desde el uso del huayno con arpa hasta las variaciones de la música llamada chicha, que recrea las músicas y danzas andinas en la periferia de la ciudad.”
          No se desea que haya competencia entre distintas expresiones musicales peruanas, pero así lo expresa Ruiz Zevallos, citando a Llórens, cuando nos dice “… no podían aceptar que los indios y mestizos ofrecieran su arte y cultura como símbolos populares de la nacionalidad peruana,…”. Éste es un claro ejemplo del racismo por parte de los propios criollos hacia los pobladores andinos en esa época. Y ésta es también una causa del declive de la música criolla, porque al no incluir a los pobladores andinos y, a su vez, éstos al no sentirse identificados con las expresiones culturales criollas, no se ganó más cultores del género, sino se mantuvo la cantidad de criollos, cantidad que con el paso de los años fue disminuyendo paulatinamente, la popularidad de la música criolla en Lima decayó, como lo señala Romero (2007:260): “Es indudable que la pérdida de identificación del vals con las clases populares y su aceptación y desarrollo por otros sectores sociales, determinó que los significados del vals se diluyeran sin encontrar un público adecuado.”
          En pocas palabras, la música criolla no supo modernizarse así misma. Como lo indica Carlos Santos Becerra: “El problema: los mismos locutores de siempre, el mismo formato de siempre, la misma música de siempre, los mismos horarios de siempre.” Hay nuevas composiciones y nuevos compositores, el problema es que no son muy bien difundidos, no llegan al grueso de la población. Mucha gente se ha quedado con personalidades criollas como Augusto Polo Campos, Oscar Avilés o Eva Ayllón, entre otros. Como lo señala, también, Santos Becerra: “Sin embargo, el poco protagonismo que hoy tiene en la difusión local es un mal que aún no encuentra salida pese al renovado repertorio e influencias de las que hoy goza.”
4.      El problema de la alienación: el ingreso de géneros musicales y expresiones culturales extranjeros en la esfera musical peruana.
          El término “alienación” hace referencia a, según el Diccionario de la Lengua Española, “estado del sujeto en que éste se halla fuera de sí y constituye algo ajeno y extraño con relación a la realidad a la que pertenece.” Entonces podemos decir que la gente-principalmente los jóvenes-se vieron atraídos por influencias musicales externas y dejaron de cultivar lo que es suyo, cambiaron la música criolla por géneros como; en primer lugar a mediados de los años veinte, el fox-trot, el jazz, el tango, etc.; en segundo lugar, géneros como el rock, el pop, la salsa o el reggaetón. 
          Degregori (op.cit.) nos dice:
“El mambo y los boleros causaron furor en la década de 1950. También hubo influencia de la cumbia colombiana y se difundió el gusto por la música caribeña tropical. En algunos espacios se formaron bandas salseras de gran arraigo popular, como ‘La Progresiva’ del Callao.”(p.65)
          Es importante recalcar la influencia extranjera y hacia esto apunta también el problema de la modernidad, junto a ésta viene consigo la globalización, la información fluye mucho más rápido que antes, los países están cada vez más interconectados, esto hace que se compartan muchas cosas, entre ellas, las expresiones culturales. Esto sucedió en el Perú, las influencias extranjeras han hecho peligrar la popularidad de géneros musicales considerados peruanos. Como se aseveró líneas arriba, no siempre los hijos escuchan la música de los padres. La juventud últimamente ha desarrollado su propia cultura, pero en el Perú, aparte de formar una cultura propia, éstos se vieron influenciados por movidas musicales extranjeras. Nelson Manrique (2004), en relación a la juventud señala:
“La juventud, como categoría sociológica, es un fenómeno relativamente reciente. Hasta la Segunda Guerra Mundial ser joven era considerado apenas como una etapa de transición entre la infancia y la edad adulta. (…) En la década de 1950 emergió como una identidad social específica debido a la convergencia de varios fenómenos.”(p.166)
          Quiere decir, entonces, que la juventud empieza a generar su propia cultura y expresiones muy distintas a los estándares de conducta de esa época. Esto se dio en los Estados Unidos. Con el mundo globalizándose cada vez más, esta nueva cultura juvenil se expandió por todo el globo, y sus expresiones, como la rebeldía o la música rock, calaron en los jóvenes de otras latitudes,  incluyendo los jóvenes peruanos, quienes asimilaron como suyas las expresiones culturales anglosajonas, tal como lo asevera Manrique (op. cit.):
“El impacto de la revolución cultural juvenil se sintió en el Perú a través de los medios de comunicación, el cine la música y la televisión. Al igual que en el resto del mundo, los adolescentes asumieron como suya la música anglosajona y con el tiempo surgieron los grupos de rock peruanos. Inicialmente fueron grupos de las clases medias y altas acomodadas que interpretaban la música de los compositores anglosajonas de moda. Se empezó a producir rock peruano en castellano, que se limitaba a copiar el molde del rock desarrollado en otras latitudes, en buena medida inducido por el ejemplo de Argentina y México. La llamada ‘Nueva Ola’ fue el momento más rico de éste periodo.” (p. 168)
          Los medios de comunicación jugaron un papel muy importante al difundir la cultura norteamericana en el Perú, los cuales impusieron nuevas modas en la esfera peruana, modas en ese entonces, como el rock o el pop, quienes hicieron peligrar la popularidad de la música criolla y otras expresiones peruanas, generó alienación en los jóvenes peruanos de esa época. Incluso aún ahora lo sigue haciendo, las nuevas tendencias, traídas por los medios de comunicación, incluyen géneros como el reggaetón, la salsa, la música electrónica, entre otras. Como lo señala Wilfredo Hurtado Suarez, en su estudio La música y los jóvenes de hoy: los hijos de la chicha:
“La mayoría de estos jóvenes no gusta del valse en términos musicales; lo escuchan como una suerte de imperativo: ‘nos debe gustar porque es peruano’. Pero no es una fuente de identificación debido a los cambios profundos en la sociedad peruana. (…) El que un 29% exprese las razones de su no gusto por el valse señalando “el aburrimiento”, “no saberlo bailar” o “no haberlo escuchado”, nos permite interpretar que el valse no es un vehículo de expresión de sentimientos; por ello, musicalmente no les transmite nada.” (p. 17)
          Esta cita, nos dice algo que se ve mucho en la sociedad actualmente, el hecho de gustarle algo a alguien por el hecho de pertenecerle, mas no a la cosa en sí. Muchos jóvenes, en retribución a lo que es peruano, dicen gustarles géneros peruanos como la música criolla. Esto no es determinante, es un falso sentimiento de nacionalidad, en este caso, de peruanidad. Pero también es importante señalar lo que los jóvenes de hoy esperan en un género musical, la mayoría de ellos quieren divertirse a lo grande y pasar un buen momento, ya sea bailando o en un concierto de rock, la música criolla ya no significa eso para las nuevas generaciones, ahora lo ven como un género pasado de moda que solo es escuchado y bailado en algunas ocasiones por sus abuelos y algunos de sus padres, no lo ven influyente en ellos, como dice el autor: “… musicalmente no les transmite nada.”
          No solo con géneros musicales influyó Estados Unidos en el Perú, sino también, con celebraciones como el Día de Brujas o Halloween (en su idioma de origen), el cual se cruza todos los años con la celebración del Día de la Canción Criolla. El primero suele opacar al segundo la mayor parte de las veces, por lo que podemos apreciar. Ante esto el investigador Fred Rohner, mediante una serie de mitos y verdades sobre la música criolla nos dice:
“Mito: El día de la Canción Criolla debe cambiar de fecha por la competencia con el Halloween.
Verdad: El problema es que se cree que si ese mismo día se celebra otro tipo de fiesta, que es extranjera, se atenta contra lo nacional. Yo no creo que exista esa competencia, eso lo han creado los medios de comunicación para tener algo que decir ese día. Los músicos criollos tienen chamba.”[6]
          Cuando Rohner dice que “… se cree que si ese mismo día se celebra otro tipo de fiesta, que es extranjera, se atenta contra lo nacional.” Creemos que esto es cierto, sí se atenta contra lo nacional cuando la gente prefiere celebrar otra fiesta que no corresponde con las celebraciones peruanas que tenemos, se atenta porque se demuestra la alienación de mucha gente, además porque eso significa una menor cantidad de personas que celebren el día de la Canción Criolla, la cual necesita de más gente que la celebre. Esto también puede evidenciar el hecho de que cada vez hay menos gente que se sienta identificada con la música criolla, como se señaló líneas arriba, mediante una cita de Ruiz Zevallos, hubo cierto rechazo por parte de los limeños criollos hacia los pobladores andinos cuando se dieron las primeras migraciones del campo a la ciudad.
CONCLUSIONES
1.      Encontramos muchas diferencias entre las primeras etapas de la música criolla con la actual. Los medios de comunicación, en ese entonces, no participaban mucho en la difusión de la música criolla, salvo el ingreso del fonógrafo y los discos, no había mayor tecnificación en este campo. Recién es la radiodifusión la primera en difundir masivamente el género musical criollo. Actualmente contamos con diversos medios; entre ellos la televisión, el internet, la prensa, entre otros; para difundir la música criolla; sin embargo, los cultores del género cada vez son una menor cantidad que en sus inicios.
2.      Hoy en día podemos ver que la música se difunde como nunca antes; en programas de radio, en canales de televisión, la acción del Estado por parte del Ministerio de Cultura, los espacios menores como peñas, centros sociales musicales, o los pequeños teatros circulares en Alameda Chabuca Granda; pero el género no llega al grueso de la población-generalmente los jóvenes-, esto ocasiona que el género no se renueve como es debido y que aún tengamos como principales referentes criollos a Oscar Avilés, Bartola Sancho o Eva Ayllón, quienes, a pesar de su gran talento, ya tienen edades muy avanzadas; y si bien hay nuevos valores criollos, éstos no son del todo conocidos.
3.      El ingreso de nuevas influencias culturales a Lima, ya sean peruanas o extranjeras, significaron un factor para el declive de la popularidad de la música criolla. Las expresiones andinas sufrieron un rechazo por parte de los criollos limeños y esto hizo que, aparte del factor natalicio, los pobladores andinos no se sintieran identificados con la música criolla; a la vez que no había un cambio generacional dentro de la esfera criolla, la cantidad de los seguidores del género fue disminuyendo paulatinamente. Con respecto a los géneros extranjeros, la música criolla sobrevivió a una primera oleada foránea, con géneros como el jazz, el fox-trot o el tango. Más tarde, ya por los años sesenta, la difusión de géneros anglosajones, como el rock o el pop, hicieron que la música criolla perdiera mucha más popularidad. Actualmente, junto con la modernidad y la globalización, se dio el ingreso de más géneros extranjeros, como el reggaetón, la música electrónica, entre otros, aparte de géneros que ingresaron previamente como el caso de la salsa o la cumbia. También hay que reconocer la intromisión de festividades extranjeras, como el Halloween, el cual se celebra el mismo día que el Día de la Canción Criolla; en este caso, muchas personas optan por celebrar la festividad anglosajona en vez que la peruana, y éste es un caso más que hace peligrar la sobrevivencia de la música criolla. Es por eso que la sobrevivencia, hoy en día, de la música criolla peligra y es nuestro deber junto con el Estado de proteger el patrimonio musical y hacer que no desaparezca, con el fin de preservarlo para que las futuras generaciones puedan disfrutar también de esta música.










REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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[1] (31 de octubre de 2013). La música criolla ha muerto: Y nadie se ha dado cuenta. Recuperado de: http://ratapelada.blogspot.com/2013/10/la-musica-criolla-ha-muerto-y-nadie-se.html. Solo fue usado este título a manera de referencia, por ser controversial.
[2] Término encontrado en otros libros acerca de la historia de la música criolla. Aparte de Raúl Romero, podemos encontrar el término en libros de autores como César Rodríguez Ronceros (pp.15) o por publicaciones en internet como la de Daniel Gracey, también lo menciona Ruiz Zevallos en Historia del Perú.
[3] Romero extrae este término de Basadre (1968), el cual nos dice que en el primer período de formación de la música criolla, las influencias son de carácter formativo y fueron apoyadas por la difusión de zarzuelas y operetas.
[4] Cita encontrada en el libro A campo traviesa de Pedro Cornejo Guinassi.
[5] Ruiz Zevallos (2000:980) nos señala que “el compositor se separa del arreglista, y el cantante no siempre es el que compone las canciones.”
[6] Publicación en un blog de la PUCP, Fred Rohner; profesor del Departamento de Humanidades y especialista en lírica y música popular limeña de los siglos XIX y XX. Recuperado de: http://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/mitos-y-verdades-musica-criolla/

1 comentario:

  1. Ha estado bueno el articulo pero me parece hay una contradicción en tus argumentos pues en un comienzo afirmas que la "...música criolla (...) es propiedad de todos los peruanos, es una expresión propia de este país", pero más adelante señalas que las migraciones rurales a Lima fueron un factor que propicio el declive de la música criolla, lo cual significaría que no es asumida por todos los peruanos como su música o su expresión. Sino más bien por un grupo reducido, costeños o limeños. Y si la población suele preferir celebrar Halloween en vez del Dia de la Canción Criolla es debido a que no lo siente como su música, no los identifica (claro que esto no quita la parte de la alienación que también influye mucho). Tambien has de recordar la cabida mediática a las muertes de Óscar Avilés y "Pepe" Vásquez a diferencia de la muerte de Edita Guerrero la cual si tuvo mucha cabida mediática, esto debido a que actualmente los peruanos se sienten más identificados con la ultima.

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