Carlos
Luis Paredes Hernández[1]
cparedes255@gmail.com
cparedes255@gmail.com
Resumen:
La presente nota ha sido escrita con motivo del 50
aniversario de la fundación del Centro de
Estudiantes de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ocasión
que no debe ser entendida como una simple fecha de celebraciones, sino como una
oportunidad para emprender una serie de investigaciones impulsadas desde el
mismo gremio. En las siguientes líneas abordaremos algunas problemáticas susceptibles
de ser investigadas, así como el problema de las fuentes en este tipo de
investigaciones.
Palabras clave:
Centro de
Estudiantes de Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, gremios
estudiantiles, carrera profesional de historia.
Hace
50 años se fundó el Centro de Estudiantes
de Historia (Cehis) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que,
junto a los demás gremios, es la única forma de organización estudiantil que ha
sobrevivido el paso del tiempo. Otros tipos de organización, tanto políticas y
académicas, no se han asomado siquiera a esa antigüedad. Esto se debe a las
intenciones mismas de los gremios: integrar a la comunidad estudiantil y
defender sus derechos bajo la consigna de frente único. Que, junto al fomento
de la investigación y la exigencia de una educación de calidad, forman los ejes
de desenvolvimiento de todos ellos.
Pero
hoy no conmemoramos 5 décadas de existencia, sino el 50 aniversario de fundación.
Ya que el Cehis, al igual que la mayoría de los gremios estudiantiles, no ha
tenido un trabajo continuo e ininterrumpido desde su creación. Creemos
necesaria esta acotación, para desechar cualquier comentario que cuestione esta
fecha al señalar que no se puede hablar de 50 años de fundación, porque el
Cehis de los años sesentas sufrió interrupciones y difiere en fines, intereses
o funcionamiento del reactivado en el 2002 rechazando así la idea de
continuidad del gremio al no ser el mismo[2]. Pues, ¡Obvio que no es el
mismo!, ninguna institución se congela en el tiempo. La misma dinámica de la
sociedad y de la universidad ha provocado que los gremios cambien de posición,
objetivos y acciones. Por último, afirmar ello es olvidar que las instituciones
están compuestas por personas, y que al igual que estas, también cambian con el
tiempo.
Es
cierto, conocemos de manera escasa el pasado del gremio. Por eso solo hablamos
de lo poco que sabemos: nuestra fundación y los años recientes. Pero ello no
significa que haya una política de olvido desde el gremio hacia grupos y
personas que difieren políticamente de los actuales[3]. De hecho, el pasado del
Cehis ha sido una preocupación latente al menos desde la reactivación del
gremio, y que se manifestó a fines de la primera década del nuevo siglo con la
organización de distintos eventos[4], que terminó dando por
resultado el hallazgo de los primeros textos publicados. Tras un par de años, el
interés por el pasado del Cehis volvió el 2015 con la formación de una comisión
que elaboró un proyecto por el medio siglo de fundación. Lamentablemente dicha
comisión cayó en inactividad a fines de año y el proyecto quedo sin ejecutarse.
Creemos que este interés debe ser retomado, bajo el impulso de un proyecto gremial
que promueva las investigaciones históricas sobre el tema, la recopilación
sistemática de fuentes documentales y de testimonios orales. Y aunque quizás
ello nos limite a hacer una historia oficial –lo cual no es malo en sí, pero
puede llegar a limitar de una u otra manera los problemas a tratar, como es
natural cuando una institución te pide elaborar su historia–, es necesario para
comenzar, y si funciona, con el tiempo vendrán las respuestas, críticas y
discusiones. Y con ello, una mejor comprensión del pasado.
Volviendo
a lo poco que conocemos del gremio, podemos alegar que se debe a dos motivos:
primero, al acceso a la información de la fundación y de los primeros años que
son proporcionadas únicamente por las publicaciones oficiales de los primeros
años; segundo, porque la memoria y el recuerdo sobre el Cehis que se tiene cada
año, está compuesto por a) las vivencias de los estudiantes y b) la transmisión
oral de los mismos. Teniendo en cuenta que los centros de estudiantes están
formados, en su mayoría, por estudiantes de cinco bases, podemos intuir que la
memoria y los relatos sobre el mismo, no se extienden más allá de una década.
Inclusive podemos afirmar que, si escribiéramos una reseña histórica del Cehis
en base a solo los testimonios orales de los estudiantes que hoy lo componen, este
llegaría con seguridad hasta el 2010 y partir de ahí, las cosas se harían más
difusas hasta llegar al 2008. Es así que cada cierto tiempo nuevamente
inventamos la pólvora. Un claro ejemplo es Heraldos
(hoy DiaCrónica), que fue publicado
en 2012 pero que es una intención concebida por los estudiantes desde mucho
tiempo atrás[5].
O la construcción del Centro Federado de
Ciencias Sociales, que se fundó recién el 2014, pero que en intenciones
existe desde la reconstitución de los gremios en 2001[6]. Muy pocos realmente
tienen en cuenta ello, y creen que son invenciones recientes o de un par de
años atrás. Ya Cecilia Méndez nos ha hecho notar este fenómeno en el VII Congreso Nacional de Historia[7]: los historiadores hemos
olvidado la memoria de nuestro propio quehacer. Ello no solo en referencia a la
investigación de la producción historiográfica, sino más bien a la poca memoria
en lo concerniente a los congresos y encuentros organizados, o los debates que
alguna vez se llevaron en la comunidad. Podemos decir que eso mismo pasa en el
Cehis, hemos descuidado la memoria de nuestro propio quehacer.
Hacer
la historia del Cehis, no es ninguna novedad, mucho menos una invención
reciente. Aunque tampoco es un tema que haya sido ampliamente tratado. De
hecho, solo Judith Ortega[8] ha abordado directamente al
gremio, proponiendo la que hasta ahora es la única periodificación de la
historia del Cehis: los orígenes, los
años convulsionados y la
reinstitucionalización[9]. También proporcionó información
que amplió el conocimiento sobre la fundación del gremio, las problemáticas de
los primeros años, el papel de los delegados en los setentas, el remplazo de
los gremios por las coordinadoras, la intervención fujimorista y el su desenvolvimiento
durante la reactivación en el nuevo siglo, junto a las luchas que se
emprendieron inicialmente. Obviamente este trabajo deja muchos vacíos, esto
debido a la escasez de fuentes primarias en las que se sustenta, pues se basa principalmente
en entrevistas realizadas a algunos docentes y egresados. A pesar de esto,
aquel pionero trabajo resultará fundamental para futuras investigaciones, y sin
duda es una guía útil para no perdernos en la historia del Cehis.
El
primer problema que enfrentamos en esta travesía es la carencia de un archivo
institucional. En el local del gremio tan solo hay papeles desordenados desde
el 2008, y uno que otro documento del 2006, hay varios documentos perdidos, libros
de actas incompletas, entre otros. Esto no es solo producto del desorden, sino
de la ausencia de documentos, porque simplemente nunca fueron emitidos por el
Cehis. Debido a ello, tenemos una oportunidad muy limitada de reconstruir
nuestro pasado como gremio, y aún peor, de analizarlo. ¡Felizmente hace mucho
que abandonamos el pensamiento positivista! –Al menos eso creemos– Por lo que
esta ausencia de papeles, puede suplirse con los testimonios orales de aquellos
que fueron estudiantes en San Marcos. Desde los primeros miembros: Wilson
Reategui (Presidente en 1966-1967), Wilfredo Kapsoli (Secretario de Cultura en
1966-1967), Alejandro Reyes (Vicepresidente en 1967-1968), Manuel Valladares
(Presidente 1968-1969), hasta quienes actualmente ocupan la Junta Directiva.
Pasando por el grueso de estudiantes que estuvieron en la universidad desde
1966.
Ante
la ausencia de documentos propios, también es útil la revisión de la producción
bibliográfica del Cehis que proporciona información sobre sus actividades y
pensamientos: empezando por Historia
Peruana[10]
publicada en 1968, donde encontramos unas crónicas sobre actividades del Cehis,
reproducciones de conferencias organizadas por el gremio, algunos artículos
cortos de difusión que no superan las dos páginas y una reseña de Manuel Burga
que décadas más tarde publicaría[11]. Justamente él mencionó
en una conferencia en el 2014 que esta revista fue tan solo un experimento de
los estudiantes, por ello no era de extrañar que tenga tan solo un número. A
pesar de eso, las publicaciones continuarían, pues unos meses después se
publicó junto al Centro de Estudiantes de
Ciencias Sociales de la Universidad Agraria, el Cuaderno de Ciencias Sociales[12], que contenía un ensayo
sobre el golpe militar escrito por Ramón Collar[13]. Al año siguiente se
publica, en conmemoración por el 50 aniversario de la conquista de las 8 horas,
un texto de Wilfredo Kapsoli[14], el cual tendría una
reedición para 1970[15]. De ahí, hemos de saltar
hasta el nuevo siglo, ya que las publicaciones existentes entre 1970 y 2012 son
desconocidas, hay rumores de la existencia de un folleto a modo de semblanza
publicado por el fallecimiento de Carlos Lazo García, pero no se ha constatado
su existencia. Las publicaciones que se mantienen en vigencia son la Revista de Investigaciones del Centro de
Estudiantes de Historia[16] y El Boletín de Historia[17].
El
conocimiento sobre estos textos empezó desde el 2012, a través de Wilfredo
Kapsoli quien donó un original de Historia
Peruana y permitió la reproducción de la primera edición de La Luchas obreras en el Perú por la Jornada
de las 8 horas (1900-1919), lamentablemente esta última desapareció del
Cehis para el 2013. Durante el reordenamiento de la biblioteca del Cehis en el
2014 se descubrió en la biblioteca de la Pontificia
Universidad Católica del Perú la reimpresión hecha en 1970 del texto de W.
Kapsoli, la cual fue fotocopiada y depositada en el Cehis. Finalmente, tras una
exhaustiva búsqueda a partir de unas referencias a la obra de A. Quijano, hace
unos meses descubrimos en la misma biblioteca el Cuaderno de Ciencias Sociales.
Junto
a lo mencionado, podemos consultar documentos producidos por otros gremios como
el Centro de Estudiantes de Arqueología (Cear),
quienes publicaban El Chasqui. Boletín
oficial del Centro de Estudiantes de Arqueología en los años ochenta con
información gremial y de la situación política de la facultad. El Centro de Estudiantes de Antropología (Cean)
publicaba los Cuadernos de Antropología
entre los años sesenta y setenta. Y el Centro
de Estudiantes de Sociología (CES) que cuenta en su local con documentos gremiales
de los años noventa.
A
todo ello agreguemos la documentación ajena a la actividad gremial pero que de
manera indirecta nos presenta información de sus actividades. Por ejemplo, La Gaceta Sanmarquina en los años sesenta y ochenta publicaba
información sobre los gremios en cada edición, desde pronunciamientos de la Federación Universitaria de San Marcos
(FUSM), creación de centros de estudiantes y actividades organizadas por los
mismos. Junto a ello está la información que se puede encontrar en el Archivo Histórico Domingo Angulo y
esperemos que pronto, en el archivo de la facultad. En ambos podemos consultar la
correspondencia intercambiada entre gremios y autoridades, las actas de los
consejos, entre otro tipo de documentación. Esto sin mencionar la información
proporcionada por los diarios locales.
Ya
vemos que las fuentes primarias no son un problema para la reconstrucción del
pasado gremial. Pero no nos quedemos en un trabajo descriptivo, escribiendo una
historia de los acontecimientos del Cehis, más bien emprendamos investigaciones
para analizar y cuestionar el pasado gremial. Pues hay muchas preguntas
pendientes que responder, empezando por las más endógenas: ¿se cumplieron los
fines que proponía el Cehis desde su fundación? ¿Cuán legitima era? ¿Cómo eran
sus dinámicas políticas internas? ¿Cómo se desenvolvía políticamente en la
facultad?, ¿Cómo entendían la historia?, entre otras. Pero vayamos más allá,
pues estudiar al Cehis no es solo estudiar un gremio, es analizar a sus
estudiantes, a los que egresaban, a los docentes, a la escuela de Historia,
junto a esto, el desarrollo de la Historia como profesión en el Perú, o en San
Marcos. Insistimos, ¿Por qué solo estudiar el Cehis?
Podemos
estudiar la participación del Cehis en la reorganización del Departamento de Historia
en los años sesentas[18], el cual es un proceso
que se conoce poco, y en su análisis podemos estudiar las relaciones
docentes-estudiantes en el desarrollo de la universidad. A ello agreguemos la
comprensión del contexto bajo el que se fundó el gremio, y bajo el que
desenvolvió durante sus primeros años. Sabemos que es la época donde empieza la
radicalización estudiantil, que son los últimos años del tercer gobierno
inconcluso de Luis Alberto Sánchez que termina con su expulsión, que se da el
golpe militar y el inicio de un nuevo proceso de reordenamiento de la universidad.
Desconocemos
a fondo lo ocurrido en el Cehis entre los setentas y los ochentas[19]. Aun así, existen
problemas que abordar, uno de ellos sería el proceso de implementación y los
efectos de la ley universitaria velasquista[20], la cual cambia el
régimen universitario y habilita, bajo distintas modalidades, la obtención del
título de licenciado. Durante este periodo podemos ver que tras la creación de
esta modalidad hasta 1999, es decir, en 20 años, solo se licenciaron con tesis
5 personas[21]
siendo que, durante 19 años, solo se habían sustentado dos tesis[22]. Antes de la Luis
Cajavilca, se sustentaron alrededor de 22 tesis de bachiller, las cuales fueron
elaborados por los estudiantes que ingresaron antes de la aplicación de la ley
universitaria. Aún más escandaloso es notar que entre 1969 y 1979 solo se
graduaron 19 personas. Todo ello necesita ser analizado: la baja producción, el
bajo índice de egresados, y por tanto el alto índice de deserción. De esta
manera comprobaremos o dejaremos de lado las respuestas que damos hoy en día,
producto del “sentido común”, que nos indican que ello es producto del periodo
de convulsión y violencia política, de los constantes cierres de universidad,
entre otros. Pero la historia y las ciencias sociales merecen respuestas
producto de investigaciones serias, que hacen falta que elaboremos.
Tras
el fin del cuarto militarismo, la universidad y los estudiantes deben afrontar la
discusión de la ley de bases de la universidad (1980-1983), la implementación
de la ley universitaria de 1984 y del estatuto de 1985. La tardía reacción y el
reacomodo administrativo de la universidad también tendrían efectos sobre los
estudiantes y la enseñanza de la historia. A ello agreguemos el proceso de
construcción de la facultad, la cual se vio truncada por la redistribución del
presupuesto a inicios de 1986 y que generó la toma del rectorado durante un mes
en pleno estado de emergencia. Tras ser levantada, provocó una discusión entre
estudiantes por el tema de la autonomía universitaria. Ello porque la FUSM
acusaba a los estudiantes de Ciencias Sociales de a) acordar con el APRA y b)
aceptar la violación de la autonomía universitaria al aceptar la intervención del
Ministerio de Economía[23]. Se suma a ello las
intervenciones policiales y militares que sufrió la universidad en los ochenta
y noventa. Esta coyuntura sin duda debe ser abordada para entender la autonomía
universitaria concebida en los estudiantes y en la universidad misma. Las
dinámicas políticas tanto a nivel estudiantil como docente, y las relaciones de
ambos con el Estado también merecen nuestra atención por ser fenómenos que se
mantienen vigentes en contextos diferentes.
También
esta es la época en que aumentan las marchas universitarias por el aumento de
las rentas del Estado, fenómeno que se da desde 1968. Y ya que la reducción de
los fondos y recursos de la universidad pública en el Perú es un problema que
se mantiene latente en la actualidad, es necesario estudiarlo. Otro tema
importante es la radicalización estudiantil y la solidaridad con las protestas
docentes por la homologación de sueldos, el cual es otro problema que se
mantiene latente. Comprender las acciones, reacciones y los efectos sobre la
vida universitaria de estos fenómenos deberían captar nuestra atención. Por
último, la propagación de las agrupaciones terroristas en la universidad, el
adoctrinamiento y las reacciones estudiantiles ante las mismas son temas
importantes a pesar que siguen siendo un tema tabú en la historiografía local,
pero no tanto en las demás Ciencias Sociales.
En
los noventa, podemos estudiar la organización política y académica durante el
fujimorismo, la vida universitaria durante la intervención militar. De hecho, estudiemos
al Cehis para así analizar la situación de la escuela durante estos años, los
cambios de currícula y la orientación de la enseñanza. Estudiemos también la
movilidad docente, el ingreso de nuevos profesores, la expulsión de otros, el
proceso de reorganización de la universidad por la comisión interventora y las
relaciones entre estudiantes-docentes en este nuevo contexto. El surgimiento de
las revistas de historia en los años noventa[24] es otro tema que debe ser
estudiado. Desde el contexto de su surgimiento, los efectos que provocó en la
formación de los estudiantes y la discusión académica. También es el contexto
en el que surgen los tradicionales encuentros académicos que hasta hoy
persisten[25]
y del que se ha tratado poco, no solo desde el plano historiográfico sino también
desde el estudio de la formación de una comunidad académica.
En
el nuevo siglo, estudiemos el gremio para entender el proceso de
“democratización” de la universidad, el regreso a ser “radicales”, el
resurgimiento de las revistas y grupos estudiantiles[26] declarados casi todos
ellos en enfrentamiento directo contra el posmodernismo. Estudiemos el proceso
de lucha por el reconocimiento de los gremios, la nuevas dinámicas docentes-estudiantes
en los planos académico y político, las luchas por la matrícula gratuita, el
problema del by pass y junto a este, nuevamente las relaciones con el Estado, o
el último periodo de encargaturas decanales, indesligable del estudio de las
redes de clientelismo que persisten hasta el día de hoy.
Y
así, existen una serie de temas más que deben ser abordados. Aprovechemos la
celebración de los 50 años de fundación del gremio, utilicémoslo como excusa,
pero no para crear una tradición ritual que solo tendría intención de
consolidar un grupo en el poder y en la memoria gremial, que como ya mencionamos,
duraría máximo una generación de estudiantes. Más bien, aprovechemos que el
Cehis cumple 50 años de fundación para iniciar un conjunto de investigaciones sobre
los estudiantes, sobre la concepción de la historia, sobre la profesionalización
de la carrera de historia, sobre la misma universidad, sobre las relaciones con
el Estado. Todo ello en un contexto local y nacional, entendiendo que la
universidad no es una isla. Aportemos como estudiantes, conociendo a los que
vinieron antes de nosotros.
Cuadro
N° 1: Estudiantes entre 1969 y 1999[27]
[1] Agradezco los comentarios
brindados por Guillermo Fernández y Jair Miranda en las versiones preliminares
del presente texto.
[2] Anónimo, “CEHIS, ¿49 años?”, El Inquisidor Perpetuo, 28 de setiembre
del 2015, accesible en
<<http://elinquisidorperpetuo.blogspot.pe/2015/09/cehis-49-anos-autor-anonimo.html>>
[13 de setiembre del 2016].
[3] Cfr. Anónimo, “CEHIS, ¿49 años?”, El Inquisidor Perpetuo, 28 de setiembre
del 2015, accesible en <<http://elinquisidorperpetuo.blogspot.pe/2015/09/cehis-49-anos-autor-anonimo.html>>
[13 de setiembre del 2016]
[4] Guillermo Fernández Ramos, “Centro
de Estudiantes de Historia de la Universidad San Marcos (1966-2015): ¿Ficción o
realidad?”, Grupo de Trabajo Historia del
Siglo XX, 8 de octubre del 2015, accesible en
<<http://grupodetrabajohistoriasiglo20.blogspot.pe/2015/10/centro-de-estudiantes-de-historia-de-la_8.html>>
[14 de setiembre del 2016]
[5] Cfr. Centro de Estudiantes de
Historia, Revista del Centro de
Estudiantes de Historia, ¿2006?, accesible en
<<<http://cehis.tripod.com/id21.html>> [16 de setiembre del
2016]
[6] Judith Ortega Porras, “Notas para
la historia del Centro de Estudiantes de Historia de la Universidad San Marcos
(Lima, 1966-2005)”, Grupo de Trabajo
Historia del Siglo XX, 16 de enero del 2016, accesible en <<http://grupodetrabajohistoriasiglo20.blogspot.pe/2016/01/notas-para-la-historia-del-centro-de.html>>
[7] Presentación del libro: La independencia peruana como representación,
Universidad Nacional de Trujillo, miércoles 10 de agosto del 2016.
[8]. Judith Ortega Porras, “Notas para
la historia del Centro de Estudiantes de Historia de la Universidad San Marcos
(Lima, 1966-2005)”, Grupo de Trabajo
Historia del Siglo XX, 16 de enero del 2016, accesible en <<http://grupodetrabajohistoriasiglo20.blogspot.pe/2016/01/notas-para-la-historia-del-centro-de.html>>
[15 de setiembre del 2016].
[9] Nosotros lo llamaremos reactivación, en vista que desde hace un
par de años hasta la actual Junta Directiva 2016 se ha venido cuestionando la
institucionalidad del Cehis.
[10] Historia Peruana [Lima], año 1, número 1, 47 pp.
[11] Manuel Burga, La Historia y los historiadores en el Perú, Lima, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Inca Garcilaso de la Vega, pp. 91-95.
[12] Cuadernos de Ciencias Sociales, Lima, Centro de Estudiantes de
Ciencias Sociales de la Universidad Agraria, Centro de Estudiantes de Historia
de San Marcos, 1968.
[13] Ramón Collar, “El golpe militar en
el Perú en el contexto de la crisis peruana y latinoamericana”, Cuadernos de Ciencias Sociales, Lima,
Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales de la Universidad Agraria, Centro de
Estudiantes de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1968.
Este es uno de los seudónimos utilizados por Aníbal
Quijano entre los sesentas y setentas para algunas publicaciones, las cuales
son citadas en los siguientes trabajos. Ver: Ramón Pajuelo Teves, “El Lugar de
la utopía aportes de Aníbal Quijano sobre cultura y poder”, Daniel Mato
(compilador), Estudios y otras prácticas
intelectuales latinoamericanas en cultura y poder, Caracas, Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales, 2002; Aníbal Quijano, Cuestiones
y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la
colonialidad/descolonialidad del poder, selección a cargo de Danilo Assis
Clímaco, Buenos Aires, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2014, p. 56.
[14] Wilfredo Kapsoli Escudero, Luchas obreras en el Perú por la Jornada de
las 8 horas (1900-1919). En conmemoración del 50 aniversario (1919-1969) de
esta conquista heroica de la clase obrera peruana, Lima, Centro de
Estudiantes de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1969,
32 pp.
[15] En realidad es una re-impresión
pues salvo la caratula, el contenido se mantiene intacto. Ver: Wilfredo Kapsoli
Escudero, Luchas obreras en el Perú por
la Jornada de las 8 horas (1900-1919). 51° aniversario de esta conquista
heroica de la clase obrera, Lima, Centro de Estudiantes de Historia de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1970, 32 pp.
Este trabajo sería la base de un libro publicado
posteriormente. Ver: Wilfredo Kapsoli, Las
Luchas obreras en el Perú, 1900-1919: por las ocho horas de trabajo!, Lima,
Delva editores, 1976, 176 pp.
[16] El cual su primer número tuvo por
nombre Heraldos, y desde el segundo
número, DiaCrónica. Accesible en
<<https://cehisunmsm.blogspot.pe/p/revista-diacronica.html>> [15 de
setiembre del 2016].
[17] Publicado desde mayo del 2016
hasta la actualidad. Accesible en
<<https://cehisunmsm.blogspot.pe/p/el-boletin-de-historia.html>>
[15 de setiembre del 2016].
[18] Valladares Quijano, Manuel.
“Presentación”. Wilfredo Kapsoli, Luchas
Obreras en el Perú por la Jornada de las 8 horas (1900-1919), Lima: Centro
de Estudiantes de Historia, 1969.
[19] Con la salvedad de lo aportado por
Judith Ortega Porras, “Notas para la historia del Centro de Estudiantes de
Historia de la Universidad San Marcos (Lima, 1966-2005)”, Grupo de Trabajo Historia del Siglo XX, 16 de enero del 2016,
accesible en <<http://grupodetrabajohistoriasiglo20.blogspot.pe/2016/01/notas-para-la-historia-del-centro-de.html>>
[15 de setiembre del 2016].
[20] Ley Orgánica de la Universidad Peruana N° 17437, 18 de febrero de
1969.
[21] Siendo el primero de ellos Luis
Cajavilca. Ver: Luis Cajavilca Navarro, Las
haciendas jesuitas de Pisco (siglos, xvii-xviii), Tesis para optar el
Título de Licenciado en Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
1982, 77 h.
Hay que anotar que él ya había sustentado la tesis de
bachiller en 1978, siendo que fue el primer y único estudiante que ingresó
antes de la nueva norma y que se acogió al título de Licenciado bajo esta
modalidad. Ver: Luis Cajavilca Navarro, Algunas
características de las haciendas jesuitas norteñas, s. xvii-xviii, Tesis
para optar el Grado de Bachiller, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
1978, 91 h.
[22] Para estas referencias ver el
cuadro al final del texto.
[23] Ver: Centro de Estudiantes de
Arqueología, “Pabellón de Ciencias Sociales”, El Chasqui. Boletín oficial del Centro de Estudiantes de Arqueología,
número 17, marzo de 1986, p. [3].
[24] Revistas como Sequilao, Nueva Sintesis, Uku Pacha, Illapa, Dialogos en la Historia,
entre otras.
[25] Específicamente la Semana de
Historia, Coloquio de Historia de Lima, Coloquio Historia de San Marcos, entre
otros.
[26] Existe un trabajo sobre los grupos
de estudios y revistas de historia que aborda eficientemente este tema, y que
merecería futuras ampliaciones. Ver: Luis Rodríguez Toledo, Tertulias, círculos
y grupos de estudio de Historia en San Marcos ¿?-2014”, Utopía “Otro mundo es posible”, 5 de mayo del 2013, accesible en
<<http://utopia235.blogspot.pe/2013/05/breves-reflexiones-sobre-los-grupos-de.html>>
[16 de setiembre del 2016]
[27] Cuadro elaborado a partir de:
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, San
Marcos. 37 años en cifras, Lima, Fondo Editorial de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, 2005; Javier Pérez Valdivia, “Tesis de Historia
presentadas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1910-2010)”, Nueva Corónica [Lima], número 1, enero
del 2013, pp. 1-18; Efraín Cobas, Graduados
y titulados en Ciencias Sociales. Periodo 1984-2009¸ Lima, Fondo Editorial
de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, 2010, 277 pp.
Felicitaciones C Luis P Hernández no solo por el ensayo, sino por toda la labor realizada en recojo, organización y difusión de información del CEHIS - UNMSM. Tomemos consciencia de los retos que tenemos como estudiantes, con respecto a nuestra historia.
ResponderBorrarExcelente aporte... De qué base es el autor?
ResponderBorrarQue tal Jorge, soy de la base 13.
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